La exposición es la cantidad de luz que alcanza el plano sensor y generalmente se mide en EV (valor de exposición). No hay una única exposición correcta para una sola escena, sino algunas opciones “realistas” y creativas diferentes para ella. Aunque, debido a la naturaleza de cada superficie sensible, hay una forma adecuada de exponer la captura y ajustar los resultados para un resultado final óptimo después de la captura.
En los sensores digitales, la forma correcta de exponer es mantener las zonas más brillantes en las que queremos mantener los detalles en la parte más alejada de la derecha del histograma. Para hacerlo, es importante medir la luz con un exposímetro puntual, ya sea en la cámara o con un fotómetro externo, y sobreexponerlos en aproximadamente 2 f-stops, dependiendo del sensor. Más adelante, en postproducción, es posible cambiar esa exposición según nuestras necesidades creativas pero manteniendo la mejor SNR (relación señal / ruido) o la calidad que nuestro sensor puede obtener. En el caso de la película expondremos igual si se trata de diapositiva o mediremos para las sombras subexponiendo según la película para negativo.